
Nace en 1952 en una familia formada por un padre de izquierdas y una madre muy católica. Estudia Magisterio y Filosofía Pura. Comienza a trabajar en la enseñanza privada y concertada. Su acción es principalmente sindical, aunque ha colaborado en ocasiones con el PCE y con EUPV. Desde la Ejecutiva de la Federación de Enseñanza del PV ha luchado por mejorar las condiciones de las trabajadoras, que son mayoría, y los trabajadores de la enseñanza privada: academias, escuelas, autoescuelas, educación especial… Y por poder negociar convenios colectivos en la enseñanza pública. Al ser un sector muy feminizado, los varones se han ido adaptando de un discurso y una praxis igualitaria.
Testimonio recogido y comentado por Vicent Verdugo en 2004.
Nacida en 1952, Pepa Ramis es la mayor de cuatro hermanos, dos chicas y dos chicos. Su madre, maestra de profesión, ejerció la docencia hasta el nacimiento de su cuarto hijo. Ella misma califica a su familia de «un tanto curiosa», ya que su padre, de clara ideología de izquierdas, perteneció a la Federación Universitaria Escolar [FUE], militó en el PCE hasta 1946 y fue también uno de los primeros sindicalistas de CCOO. Mientras que su madre pertenecía a Acción Católica. Sin embargo, esta disparidad ideológica entre sus padres se basaba en el respeto mutuo y en la tolerancia, frente a otras formas de entender la vida. Estos valores de tolerancia y respeto le han sido transmitidos en su proceso de socialización y han tenido en ella y sus hermanos una de sus mayores influencias, sirviéndoles para respetar a los demás aunque piensen de forma distinta. La penuria económica a consecuencia de la guerra civil seguía vigente a comienzos de los años cincuenta, cuando contrajeron matrimonio sus padres, en concreto en 1951. El estado de necesidad imposibilitaba el poder comprar un piso y, como muchas otras familias, el joven matrimonio tuvo que ir a vivir a la casa de los abuelos.
Nací en el 52, tengo ahora 51 años, nací en el 52. Entonces nací en una familia de la que era la mayor de 4 hermanos. Soy de una familia un tanto curiosa, porque mi padre era de izquierdas de toda la vida y mi madre de Acción Católica. Entonces fue una pareja… Había un gran respeto el uno por el otro y de hecho, yo creo que fue ahí la base donde uno aprende la convivencia y el respeto por los otros. Yo creo que esta es una de las cuestiones que más nos ha influido […]. Vivíamos con mis abuelos porque, como consecuencia de la guerra, pues, quiero decir, la familia quedó tan desastre [sonrisa] que entonces, cuando mis padres se plantearon el casarse en el año 51, pues no había otra posibilidad, nada más que ir con mis abuelos porque no había posibilidades de entrar a otra casa…
Pepa nos habla con admiración de su padre, al que considera una persona con una gran inquietud intelectual y, a modo de ejemplo, nos comenta que, a pesar de estar pluriempleado, consiguió hacer la carrera de Magisterio.
…mi padre trabajaba en tres sitios a la vez, es decir. que prácticamente yo a mi padre no lo veía nada más que los sábados por las tardes y los domingos. Al mismo tiempo, mi padre trabajaba de contable en una empresa metalúrgica y mientras tanto hizo Magisterio. Entonces era una persona con una gran inquietud intelectual…
Como otros militantes y personas cercanas al PCE, su padre formó parte de aquellos que, desde mediados de los años cincuenta, fueron infiltrándose en las filas del Sindicato Vertical, ocupando cargos de enlaces y jurados de empresa, colaborando en algunos casos con organizaciones obreras católicas como las HOAC y aprovechando las plataformas legales de la dictadura para socavar el propio régimen.
…él participó en la negociación cuando el Partido Comunista dijo que había que entrar en el Sindicato Vertical. Mi padre fue de los que entró en el Sindicato Vertical y fue uno de los representantes de la parte social para la negociación del convenio del metal. (…] Cuando se hizo la introducción en los Sindicatos Verticales, él no estaba en ningún, en ningún partido. Pero vamos, colaboraba con gente de la HOAC, con gente de todo tipo y también con gente de Comisiones, tenía grandes amigos, que en aquella época no se sabía que eran de Comisiones.
Nuestra entrevistada sigue narrándonos y subraya un aspecto que ella considera especialmente importante en la actitud de su padre, como es que se negaba siempre a firmar en los convenios del metal, por no estar de acuerdo con la situación discriminatoria que padecían las mujeres en este sector laboral, ya que sus posibilidades de promoción estaban limitadas y solo podían trabajar en las categorías profesionales inferiores. Este aspecto nos muestra el talante de una persona para la que, por encima de las diferencias entre hombres y mujeres, se encontraba la solidaridad y conciencia de clase, lo que le motivó a defender tanto los intereses de los trabajadores como los de las trabajadoras.
…en un convenio como el del metal, en aquel momento las mujeres no podían pasar a la categoría de especialistas, que curiosamente era la categoría más baja, y los hombres podían ser oficiales de primera, de segunda y tal.
En una sociedad como la española de los años cincuenta, en la que el nacionalcatolicismo seguía marcando la educación, la vida cotidiana y las relaciones privadas, nuestra entrevistada no fue ajena a esta influencia. En este sentido, toda una serie de valores ligados a la religión y el ámbito eclesiástico, como la asistencia a misa, la educación religiosa, etcétera, le fueron transmitidos por su madre e incidieron en su infancia. Aunque su padre trató de influir lo menos posible en estas cuestiones, sí que se produjo en el seno familiar un replanteamiento de estas actitudes religiosas. Lo que finalmente conllevó la pérdida progresiva de la influencia de la religión.
Entonces claro, durante muchos años, o sea, nosotros íbamos a misa y tal hasta que decidimos no hacerlo. También tengo que decir que en esa decisión mi padre influyó lo menos posible. Influyó, vamos a ver, influyó porque veías que era posible… O sea, en aquella época en que la escuela era religiosa, toda la familia era religiosa, la sociedad religiosa y todo era religioso, la Semana Santa y todo aquello, el ver una persona que no iba a misa, que no hablaba de Dios, que no manifestaba pues… simplemente un ejemplo que, aunque él no lo pretendiera, que no lo pretendía, pero llega un momento que te planteas que algo diferente es, ¿no?
Toda su socialización infantil se desarrolló en el marco del universo femenino. Asistió a la escuela parroquial cercana a su domicilio y nos cuenta como la enseñanza se impartía con asignaturas distintas para alumnas y alumnos, marcando continuamente las diferencias, lo que era o no apropiado según el género. Pepa recuerda anecdóticamente que una de sus profesoras les amonestaba si silbaban porque «era cosa de chicotes» y por tanto no adecuado, ni propio para una niña.
…yo hasta que fui a la facultad no me junté con chicos, es decir, yo he hecho magisterio y se hacía diferente… Y lo que era en el colegio de primaria, por ejemplo, pues las chicas, las tardes las dedicábamos a hacer caligrafía y a bordar y los chicos (risas) pues no sé muy bien a qué. Y además, no sé, la educación eran maestras. Yo recuerdo que (para) la maestra una de las peores cosas que podíamos hacer era silbar, nos decía que eso era cosa de chicotes y claro…
El bachillerato lo realizó en una academia privada, organizada por maestros que habían sido represaliados por la dictadura. Guarda un grato recuerdo de esta academia, para ella se trataba de una «enseñanza de lujo», con un profesorado de alto nivel académico que le enseñó a apreciar el valor que tenía la educación. Considera que este periodo fue clave en su desarrollo intelectual y en su concepción del estudio y la docencia.
Yo fui a una escuela parroquial porque era prácticamente pues la que tenía cerca de casa y después estudié, a los 10 años empecé Bachillerato. Lo que pasa es que el Bachillerato lo hice en una academia privada y luego ya me examiné por libre al Instituto. Quiero decir que… Bueno, había un instituto de chicos y otro de chicas, en Valencia nos caía muy lejos y tal.. A los 14 años acabé Bachiller Elemental y entonces empecé Magisterio a los 14 años (sonrisa). El Magisterio entonces se hacía con 14 años. (…] Cuando iba a la academia de Bachiller era diferente porque era una Academia, vamos, la habían montado como muchas otras maestros expulsados. Vamos, ellos eran maestros funcionarios, pero después de la guerra los habían depurado y entonces se montaron una Academia. Entonces claro, yo creo que tuvimos una enseñanza de lujo, porque eran, bueno… había profesor que daba latín, francés, lengua, literatura, su hermano daba matemáticas. Todas las matemáticas que sé se las debo a él, porque él puso las bases… Y sobre todo un poco la mentalidad y la forma de enseñar.
Acabó el bachillerato con catorce años y empezó sus estudios de Magisterio. La situación familiar determinó que no estudiara bachiller superior y su padre decidiera que era mejor la opción de Magisterio, pero al terminar muy joven los estudios de Magisterio comenzó la carrera de Filosofía, acabando con veintiún años y empezando a trabajar en la docencia en 1974, con sustituciones. En 1975 comenzó a trabajar en un colegio privado en el que estuvo doce años, hasta 1987.
Claro, yo quería estudiar Bachiller Superior, pero luego la situación familiar… Pues mi padre pensó que estudiar Bachiller Superior no servía prácticamente para demasiado y entonces el tener Magisterio te podía servir. Acabé Magisterio con 17 años recién cumplidos, de hecho a los 16 años, y de momento pues no me vi capacitada para empezar a dar clases y entonces estudié…, soy Licenciada en Filosofía Pura y entonces ya acabé la carrera con 21 años (risa) en el año 74. En 1975, tuve 2 o 3 trabajos, sustituciones y un trabajo temporal y tal, y luego en septiembre del 75 fui a trabajar en un colegio donde estuve 12 años. […] Privado, que era no concertado, después lo concertaron, allí estuve hasta el 87.
Sus contactos con Comisiones Obreras comenzaron en 1976, en los inicios de la transición democrática, con los gobiernos de Arias Navarro y de Adolfo Suárez. Es el periodo en el que se dirimían las salidas a la dictadura, las opciones entre reforma o ruptura democrática. Fueron años en los que la sociedad española estaba fuertemente politizada, aparecían los organismos unitarios de la oposición como la Taula de Forces Polítiques i Sindicals, o la Coordinadora de Organizaciones Sindicales [COS], impulsadas desde la clandestinidad por las organizaciones de la izquierda y los sindicatos de clase. Amplios sectores sociales protagonizaban grandes movilizaciones, el movimiento obrero, el estudiantil, el ciudadano, el feminista, ocupaban las calles al grito de «Llibertat, Amnistia i Estatut d’Autonomia», reclamando espacios de libertad. Nuestra entrevistada recuerda estos años como de «convulsión».
Bueno una convulsión considerable. O sea en el año 76-77 fue… yo creo que la idea que tengo es que casi todas las tardes… muchas de las tardes, salía del trabajo y nos íbamos a manifestaciones [risas) era una situación muy…
Fue también un periodo de crisis económica, de regulaciones de empleo y despidos, de grandes huelgas, como la convocatoria de huelga general del 12 de noviembre de 1976, seguida en todo el Estado por casi dos millones de trabajadores, de ellos 250.000 en el País Valenciano. Trabajadoras y trabajadores de la construcción, metal, madera, textil, cerámica, calzado, sanidad, se movilizaron frente a la crisis económica, la congelación salarial, por los sindicatos obreros y por la consecución de las libertades democráticas. Entre toda esta efervescencia política también los trabajadores de la Enseñanza Privada, como nos cuenta Pepa, a comienzos de 1976 protagonizaron una importante huelga por la negociación del Convenio, organizada antes de que se formara la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras.
Pues yo entré en Comisiones en el 76. […] Sí, antes de que se montara la Federación de Enseñanza. La entrada en Comisiones fue casual, como muchas otras cosas. Es decir, yo en el colegio en el que estaba, que era el de Santa Bárbara, había una compañera… Bueno, a todo esto entré en el colegio en septiembre del 75. Franco se había muerto en noviembre y en enero montamos una huelga en la enseñanza privada por la negociación del convenio. Claro, en aquella época pues hicimos la huelga sin más planteamientos. Es decir, ahora muchas veces, cuando planteas una huelga la gente empieza a pensar lo que le van a descontar, que la pueden despedir, posibles represalias y tal. En aquella época, yo creo que teníamos tan asumido lo que era el franquismo, la bronca que llevábamos a la Universidad y todo esto… Bueno, había una huelga, pues era evidente que había que hacerla. Se supone que estábamos en periodo de prueba [risa]. En aquella época el hacer una huelga quedaba muy mal visto y encima estábamos… hacía dos meses que había muerto Franco, pero bueno, a pesar de todo fue una huelga muy importante y fuerte porque era enseñanza privada.
Pepa relata cómo se gestó la huelga y nos dice que, en aquellos momentos, la estructura organizativa dentro del sector de la enseñanza era por zonas, como L’Horta Nord, Marítimo, etcétera, donde los docentes, que mayoritariamente pertenecían a la izquierda, se reunían para comentar, discutir y organizar sus actividades, problemática y posibles acciones. Estas «zonas» acabaron constituyendo el germen organizativo y la base para realizar la huelga de 1976.
Sí, en aquella época había unas organizaciones que llamamos por zonas, que era así como de gente de centro y de izquierda, de izquierda de aquella manera, porque por ejemplo, había hasta gente del Partido Carlista y tal. Nos reuníamos por zonas, es decir los de la Horta Nord nos reuníamos en un bar de Godella, otros en Valencia, la zona del Marítimo y tal, y era una especie de germen de algo. Un movimiento que luego, cuando se hizo la huelga aquella, pues estaban las bases puestas. En la huelga aquella participó hasta el Sindicato Vertical, hubo… hicimos encierros y de todo y esa fue una de las primeras veces…
Poco después de esta huelga, en 1977, a través del contacto con una compañera de trabajo, decidió afiliarse a CCOO. Remarca la palabra «afiliarse», ya que ese mismo día comenzó a desarrollar una labor de asesoramiento sobre temas de normativa y ordenanza laboral en la enseñanza. Las condiciones laborales en el sector de la Enseñanza Privada, la falta de conocimiento sobre cuáles eran los derechos de los trabajadores y la no existencia de representación legal para defenderlos, condujeron a que fueran los propios trabajadores los que tuvieran que formarse e informarse para defenderse de la arbitrariedad de los empresarios del sector. Este fue el caso de Pepa, a la que su propia experiencia laboral le llevó a realizar tareas de asesoramiento para el personal trabajador de la enseñanza en CCOO, en un período en que esta federación no estaba organizada, porque como nos dice ella: «En el país de los ciegos, el tuerto es el rey».
Después resulta que una de las compañeras que yo tenía en el colegio, un día me dijo: «Tienes que venir a afiliarte a Comisiones, por que tal y por que cual». Y entonces yo fui a afiliarme a Comisiones. Fui a afiliarme, pero resulta que cuando llegamos a un local en la calle Alcoi, me tomaron los datos y en ese momento un compañero de allí dice: «Oye, que aquí hay una señora que pregunta una cosa. A ver sí vosotras la sabéis». Y resulta que, antes de aquello, yo había trabajado tres meses en el Colegio… ¡Que bueno! Como aprendizaje es toda una experiencia. El colegio aquél era un espanto, moralmente hablando, y también constituimos un grupo de gente que intentábamos hacer frente a toda la situación aquella. […] Entonces nos compramos la Ordenanza Laboral que había entonces, yo me la aprendí de cabo a rabo. […] Pero claro, yo ya me había leído la ordenanza y me la sabía. Entonces, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Pues cuando llegué el día aquel a afiliarme a Comisiones, vino un compañero y me dijo: «Oye, mira, que esta compañera, aquí hay unas compañeras y tal». Y claro, recuerdo que eran unas cocineras de un colegio público, que cobraban cinco días a la semana, que Semana Santa y Navidad les daban de baja en Seguridad Social. Entonces claro, yo empecé a hablar con ellas y les dije que eso no podía ser. Les dije que [tenían] […] que ir al abogado para una denuncia y tal. Cuando el compañero aquel, que creo que era del metal, vio que dominaba un poco más la cosa… Claro, ellos no tenían a nadie en Enseñanza, porque el Sindicato de Enseñanza no existía todavía.
A partir de este momento adquirió su compromiso militante con CCOO y acudía todos los jueves por las tardes, después de su jornada de trabajo, a cumplir con tareas de asesoramiento laboral al local de CCOO.
Entonces me dijo que sí yo quería ir un día a la semana, tendría una mesa y una silla, y así a toda la gente que fuera durante toda la semana ya le dirían que el jueves por la tarde yo estaría allí. Entonces, claro, cuando acababa mi jornada, terminaba mí jornada de colegio a las cinco, pues llegaba a Valencia a las seis.
Actualmente, veintiocho años después, continúa con esta labor. En 1978, con la constitución formal de la Federación de la Enseñanza, pasó a formar parte del primer Secretariado y de la Ejecutiva.
Entonces eso era la asesoría de los jueves, cosa que sigo. Es decir, que veintiocho años después sigo haciendo la asesoría de los jueves. Entonces la cuestión, claro, la cosa tuvo mucho éxito. A todo esto yo sabía lo que sabía, es decir, yo… Pero claro, a los compañeros aquellos les hacía un papel que fuera allí alguien a… por lo menos a recibir a la gente y tal. Lo que sabía se lo contestaba, lo que no sabía, me lo apuntaba para preguntarlo, quedaba con los abogados y al jueves siguiente volvía: «Oye, pues mira, el abogado me ha dicho que esto lo puedes denunciar, que aqui no tienes nada que hacer, que tal». Era un nivel muy elemental, pero bueno, cada vez preguntaba menos cosas, evidentemente. Y a los abogados también les venía bien, porque claro, así ya les dejaba a ellos solamente lo que era denuncia, mientras que todo lo que eran información general y tal, pues la gente ya tenía una persona que se dedicaba a eso. Y luego ya, cuando se montó la… primero se montó la Federación digamos que extraoficialmente, es decir, un núcleo, y luego ya se hizo la constitución oficial, los estatutos y tal. Entonces a partir de ahí estuve en el primer Secretariado, en la Ejecutiva.
Hasta el año 1981 vivió en el domicilio familiar. Señala el papel de su madre en el sostenimiento y desarrollo de la vida cotidiana, facilitando la relación entre los tiempos del trabajo remunerado, los tiempos organizativos del sindicato y la vida privada, permitiéndole poder realizar toda su actividad sindical, incluso los fines de semana. Señala que prácticamente todo su tiempo estaba dedicado a su trabajo en la Enseñanza y la militancia sindical. Nos cuenta que «era prácticamente vivir para ellos».
Yo vivía con mi familia […]. Bueno, era un colegio donde comía y estaba todo el día, porque estaba fuera de Valencia, tenía que coger el autobús, y volvía entonces a las cinco de la tarde. Salía del colegio e iba al sindicato y ya con mi familia. Mi madre era la que todo el día… (.1 Y luego también, cuando había reuniones en Madrid, que solían ser los fines de semana, entonces muchas veces para completar los fines de semana… O sea, era prácticamente, prácticamente vivir para ellos...
La labor sindical se desarrollaba y mantenía a partir del compromiso adquirido y la voluntariedad de la militancia, con los consiguientes costes personales y desequilibrios, entre la vida privada y el ejercicio de la política sindical.
Y entonces esto fue hasta el año 87. Es decir, hasta el año 87 estuve en el colegio y por las tardes en el sindicato… Porque es que realmente hasta entonces no había liberados, es decir, no teníamos liberados, ni de Pública ni de Privada. El sindicato funcionaba a partir de las seis de la tarde. Los Secretariados los hacíamos a veces a las nueve de la noche y luego nos íbamos a cenar. Otra temporada los hicimos después de cenar, es decir, íbamos, cenábamos y la Secretaría empezaba a las 11 o las 12. Acabáramos a la hora que acabáramos, al día siguiente al tole. En fin que es dedicarle jornada completa.
Desde el año 1991 convive con un compañero que también ha desarrollado tareas de militancia en otras organizaciones y nos cuenta que, hasta la actualidad, nunca ha tenido problemas para compaginar convivencia y militancia sindical, porque nos dice sonriendo que su compañero «es un santo». Señala que al no tener hijos no se ha sentido tan limitada en el desempeño y compatibilidad de trabajo, casa y militancia. Aunque evidentemente el problema de los tiempos y las prisas siguen formando parte de su dinámica cotidiana.
…luego a partir del año 91 vino a vivir conmigo un compañero, un amigo que tenia desde hace mucho tiempo y a partir de ahí pues vivimos en pareja. […] Lo llevo muy bien porque es un santo. Él también ha pasado por eso de militancia en organizaciones y entonces… Ahora no está en ese plan, pero vamos, nunca hemos tenido para nada, para nada, ningún problema. Y no sé, si lo hubiéramos tenido, si hubiera pasado, porque claro, a estas edades ya uno… y de alguna forma exiges respeto, ¿no? Pero vamos, no ha habido… No hace falta decir nada, porque ya digo que toda la colaboración del mundo, nunca, nunca, nunca en 12 o 13 años que llevamos juntos, nunca me echó en cara ese tipo de cosas, ¿no? […] O sea, viene a comer a casa, prepara la comida, friega los platos, dentro de lo que sabe o no sabe hacer. […] El único conflicto es eso, el siempre corriendo y deprisa y tal, pero vamos, como no tengo hijos, pues eso no…
Pepa sigue contándonos y nos dice que su compromiso partidista quedaba en un segundo plano, aunque sí apoyaba y votaba, incluso cuando era necesario colaboraba coyunturalmente en las campañas electorales, pero considera que es prioritario su trabajo sindical.
No, no, no, nunca, porque pensaba que como… O sea, como no me daba tiempo a dedicarme a todo, pues prefería no estar de nombre en ninguno. Apoyaba, votaba, colaboraba coyunturalmente en hacer envíos cuando las campañas electorales, en ir a pegar carteles y cosas así. Pero de hecho, pagar una cuota y tal, no sé… Mira, yo era interventora, o sea… Pero siempre de una forma que pudiera medir un poco lo que… Porque para mí lo prioritario era lo otro y no quería… O sea, para estar de nombre y tal, pues no, prefería estar así…
En unos años en que parecía que todo estaba por hacer, cuando aún existía el Sindicato Vertical, recuerda cómo se desarrollaban las negociaciones del convenio colectivo en el sector de la Enseñanza Privada, con una gran diversificación de sindicatos clandestinos y las duras condiciones de trabajo que trataba de imponer la patronal, en cuestiones salariales y de jornada laboral. En algunas ocasiones, ante el bloqueo en las negociaciones y el posible conflicto colectivo, la intermediación de la Delegación de Trabajo impidió que se dictaminara un laudo. Incluso nos cuenta una curiosa anécdota: la coincidencia de tener programada una reunión con el Delegado de Trabajo justo al día siguiente del intento del golpe de Estado de Tejero. A la altura de 1981, algunos seguían tratando de impedir por la fuerza la normalización democrática.
En aquel momento era negociar el convenio, una subida salarial y reducción de jornada. En aquella época lo que pasa es que existían los laudos y teníamos bastante suerte… Bueno, teníamos bastante suerte no. Como las posturas nuestras eran bastante razonables y las posturas de las patronales eran bastante salvajes, pues entonces casi siempre nos daban la razón, es decir, el Delegado de Trabajo casi siempre nos daba la razón. Hasta que se terminaron los laudos y a partir de ahí pues ya es cuando… Hay una historia bastante chocante, y es que habíamos puesto un conflicto colectivo y teníamos una reunión pendiente con el Delegado de Trabajo el día 24 de febrero del año 81 Entonces, cuando el 23 de febrero fue el golpe, al día siguiente el señor aquel tendría en su agenda apuntada a las nueve de la mañana una reunión con los componentes de la Mesa Negociadora [risas] y tal… Por eso digo que en aquella época todavía había laudos y era para eso, para que se evitara un laudo. En aquella época, en la negociación del convenio éramos siete sindicatos: la CNT, la AOA (Asociación Obrera Asamblearia], otro creo que era la CSUT, la Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores o no sé qué, Comisiones, el STE, la USO, pero la USO antigua, que luego ha ido evolucionando. Entonces éramos siete sindicatos. UGT no estaba, UGT no existía entonces, en la enseñanza no existía, UGT apareció bastante después.
Otra de las grandes huelgas de la enseñanza que recuerda Pepa es la que protagonizaron los docentes de la enseñanza pública en 1988, ya en el periodo de consolidación democrática, pero también de crisis económica y reestructuración del mercado laboral. Este fue el motivo de que en ese año se registrase el 14 de diciembre una de las mayores huelgas generales de toda la historia de la democracia, convocada por los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT contra la política económica del gobierno del PSOE. Nuestra entrevistada nos cuenta que las reivindicaciones se dirigían especialmente a reclamar el derecho a poder negociar los convenios colectivos, ya que este derecho no se reconocía. Actualmente solo son materia de negociación puntos concretos que afectan a este sector de la enseñanza, pero es la Administración la que marca el calendario escolar, la jornada laboral, etcétera, por lo que una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores de la enseñanza pública sigue siendo el tener un convenio.
Y prácticamente hemos conseguido la negociación en el 88, pues eso, con una gran huelga de prácticamente 20 días o de un mes, y entonces es cuando se empezó a imponer la negociación. Pero en el fondo no está reconocida legalmente, es decir, el Estatuto de los Trabajadores habla de cómo se establece la negociación, delegados sindicales, convenios colectivos y tal… Los trabajadores de pública eligen Juntas de Personal, pero luego no negocian convenios colectivos, o sea, la Administración pone el calendario escolar, pone la jornada… Puedes negociar puntos, pero no un convenio, no un convenio como tal. Entonces, una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores de la Enseñanza Pública es tener un convenio.
La Federación de la Enseñanza de CCOO recoge tanto personal docente, como de administración y servicios, y Pepa nos cuenta que uno de los constantes problemas que afecta a todo el colectivo laboral, pero especialmente más a las mujeres, es la doble jornada, la maternidad, la falta de conciliación entre la vida laboral y la vida privada, Lo que supone el desgaste y agotamiento físico de las trabajadoras, sobre todo las que pertenecen al personal de servicios de cocina y limpieza. Son cuestiones que todavía están pendientes, sí bien se ha avanzado en determinados ámbitos.
…nosotros en el sector de la Enseñanza tenemos docentes y no docentes, en principio así… Las docentes tienen normalmente, pues el trabajo de casa y el trabajo del colegio. Pero como del trabajo en el colegio casi siempre acabamos llevando trabajos a casa, para corregir y para… Pues esa es la historia, que algunos compañeros también colaboran en casa y tienen… Pero el problema es ese. Y por parte del personal de administración y servicios es lo mismo. Quiero decir, hay veces que ves cocineras o personal de limpieza y tal, es que son muchos, que aparentan una edad mucho mayor de la que tienen, vienen cascadísimas. A ver, que sí me puedo jubilar que tengo artrosis, que tal… una situación muy cascada. Y a lo mejor les preguntas la edad y te dicen: tengo 52, 53 años. Y claro, gente joven, pero muy cascada, porque esas sí que hacen doble jornada. Los profesores y las profesoras a lo mejor todavía.., hay cierta colaboración en casa, pero a nivel de personal de limpieza y tal…
Actualmente, dentro del sector de enseñanza privada existen catorce conveníos. Es un ámbito laboral muy diversificado, que recoge desde sectores como la enseñanza normalizada hasta autoescuelas, residencias de discapacitados, academias de peluquería, etcétera.
…dentro de la privada es que tenemos catorce convenios. Es decir, está lo que es la enseñanza reglada concertada, la reglada no concertada, los colegios tipo Iale o tipo tal, aunque sindicalmente son un desastre porque los trabajadores están agobiadísimos y no… ahí no entran… ni los sindicatos más amarillos consiguen entrar en esos centros, porque la gente, ¡vamos! tiene… Todo lo que sea… o huela a sindicato y tal se niega absolutamente. luego está el convenio de infantil, los de infantil, el convenio de academias, el convenio de… academias de peluquería y música -o sea, por sí no hubiera bastante división, se separa entre música y peluquería y tal-, el convenio de colegios mayores, centros de atención de discapacitados, que tenemos aquí en el País Valenciano un convenio muy bueno. Y luego un convento que hemos negociado, también en el País Valenciano, que no hay en todo el Estado, de atención a menores, que afecta a residencias de menores, viviendas tuteladas, niños con problemas de medidas judiciales y tal. El abanico es muy amplío… Bueno, y las autoescuelas. Es que además hemos crecido mucho en sectores que muchas veces ya no sabemos si es enseñanza o no, pero bueno. Son sectores que alguien tiene que atender, entonces en principio los hemos ido organizándolos nosotros […] Pero claro, vamos extendiendo, extendiendo, y eso hace que cada vez tengamos más trabajo. En el momento que me deje el colegio para trabajar en Comisiones me dije: ahora vov a hacer.. Bueno, maravillas, porque con todo el día por delante… Claro ¿que pasa? Que cuanto más tienes mas coges. Y entonces cada vez vas atendiendo sectores, sectores…
Pepa nos comenta la problemática actual que existe en determinados sectores de la enseñanza, como la educación infantil, las academias o en las autoescuelas, con situaciones de mucha precariedad laboral y muy feminizados. Generalmente se trata de negocios familiares, en los que el trabajo sindical tiene una gran dificultad, entre otras cosas por las pésimas condiciones de contratación del personal así como por la reglamentación en cuanto al sistema de elecciones y representación sindical, no reuniendo la mayoría de las veces el número de trabajadores mínimo exigido para la elección de representantes sindicales.
Los peores sindicalmente [son] las academias y las escuelas infantiles. Entre otras cosas porque son centros muy, muy pequeños. El sistema de elecciones que tenemos, elecciones sindicales, no permite hacer elecciones en centros de menos seis trabajadores y muchos de estos centros son menos de seis y en algunas academias, la Academia la monta uno, está la mujer, el hijo y la novia del hijo y luego….. Claro igual que las autoescuelas. Entonces ahí prácticamente en muchísimas no se pueden hacer elecciones porque no son seis; pero en otras, no se puede tampoco hacer elecciones porque la gente que no es familia del jefe tiene un contrato súper precario, y en ese caso pues también… Y claro, un sector sin delegados…. […] Entonces claro, es una representación de llorar y en esos sectores que se aprovecha muchísimo la mano de obra. Encima muchas veces han cogido en escudas infantiles y tal… Te llegan crías de diecisiete o dieciocho años que no tienen titulación, que trabajan once horas al día, que las cogieron como aprendizas o como tal. Ellas ponían todo el entusiasmo del mundo, pensando que ese era el trabajo de su vida, y luego resulta que cuando llegan a los dieciocho las tiran y ponen a otra. Pues eso (es) porque les pagan menos y entonces… Si, si, la educación infantil es un sector absolutamente feminizado.
Algunas de las antiguas demandas se han resuelto, pero otras siguen pendientes actualmente. En un sector como el de la enseñanza privada, una de las reivindicaciones más sentidas era y es la del control democrático de los centros, cuestión que actualmente sigue sin estar resuelta.
Bueno, una de las que había por aquella época, aparte de la negociación del convenio y tal, era el control democrático de los centros, cosa que seguimos todavía reivindicando, en los centros de [enseñanza] privada. Es decir, en los centros de privada, cada vez más… O sea, ahora están prácticamente todos sostenidos con fondos públicos, pero el funcionamiento no es el que corresponde a un centro público y entonces es una de las cosas que seguimos teniendo pendientes. En otros terrenos hemos ganado muchísimo, es decir, otra de las cosas que hemos reivindicado durante quince años ha sido la homologación con los centros públicos, la salarial y la jornada de trabajo. La salarial la hemos conseguido hasta cierto punto. Es decir, en el año 97 firmamos, con la Conselleria, la homologación salarial, excepto los sexenios. Entonces, más o menos con dificultades, pero se ha ido cumpliendo, con dificultades, quiero decir que muchas veces… Estaba firmado, luego la Conselleria no ponía el dinero, teníamos que ír a Hacienda a montar algún encierro, alguna movilización pequeña, pero vamos, más o menos eso. La que no está conseguida es ni la de jornada, ni la de funcionamiento.
Pepa está dedicada en la actualidad exclusivamente a la labor sindical, dentro de la Federación de Enseñanza de CCOO, y nos habla del cúmulo de trabajo en esta Federación, de las jornadas que siguen siendo maratonianas e incompatibles con la vida privada. Nos dice que es exclusivamente el personal de la enseñanza concertada el que se dedica al trabajo en el seno del sindicato, lo que es claramente insuficiente en un sector tan amplio.
De todas formas, ahora somos algo más para repartir. Al principio éramos menos personas, ahora ya somos más personas, pero de todas formas es claramente insuficiente, porque tenemos otro problema. Nosotros los permanentes sindicales los sacamos de los colegios de concertada, solo de los colegios de concertada, porque hay un acuerdo de acumulación de… un acuerdo de horas sindicales […] con la Conselleria de Educación. Queremos conseguir también con la Conselleria de Benestar una cosa parecida, porque normalmente todos los centros de menores y todos los centros de atención a discapacitados, excepto los colegios, son todos de Bienestar y realmente estamos dedicando casi más esfuerzos a los unos que a los otros. Entonces claro, el problema es que en Valencia tenemos cuatro personas dedicadas a privada, cuatro. Pero claro, dedicadas a 80.000 sectores y realmente todos somos de concertada, pero tenemos que atender a todos y entonces esa es la desproporción.
Nos comenta algunos de los problemas que hoy en día existen en la enseñanza y en la práctica docente, como son la carencia de valores y la falta de respeto del alumnado, las depresiones, lo que anteriormente se llamaba «hacer la vida imposible» al profesorado, lo que está suponiendo que haya gente que se plantea dejar de impartir la docencia.
Sí, lo que pasa es que entonces era de otra forma. Entonces se llamaba… que me hacen la vida imposible. No era tanto estrés psicológico por el trabajo, sino porque el jefe te hacía la vida imposible. lo que entonces llamaban la vida imposible, se llama mobbing, etc., etc. Pero la vida imposible ha sido toda la vida, toda la vida… Y las depresiones, es que en aquella época es que tampoco estaba tan… o los médicos no daban la baja, o uno estaba mal, pero no iba al médico a que me vieran la depresión… a que le diera la baja. La depresión, no sabia ni qué era una depresión. Estabas, estabas mal y triste, ¿no? Muchas veces, la gente ni sabia que tenía la posibilidad de la baja. Pero de todas formas yo creo que se ha ido empeorando el ambiente. Sobre todo por eso, porque la escuela cada vez pinta menos y luego no se… los ejemplos que se dan en la televisión y tal. Llega un momento… Estás diciendo en la escuela que tiene que haber respeto y las discusiones que sean de cierto tono y tal, luego te ves la tele, lo que te ves, pues entonces claro, estamos continuamente siendo desautorizados.
En su labor docente, siempre ha intentado contrarrestar las diferencias existentes entre hombres y mujeres, poniendo en muchos casos como referentes modelos femeninos en lugar de modelos masculinos.
Dependía bastante, quiero decir, eso ya depende de cada cual. Yo por ejemplo… Yo daba lengua y Literatura e inglés. Entonces en lo que era Lengua me dedicaba bastante a análisis de textos, análisis de libros, análisis de anuncios, a intentar que los críos tuvieran sentido crítico. Y en ese sentido analizaba bastante la publicidad, intentaba muchas veces darle la vuelta a los anuncios. Es decir, bueno, pues ahora vamos a ver este anuncio que habéis visto con una chica, pues ahora vamos a hacerlo con un chico. Y cosas de ese tipo, ¿no? Y nadie me puso nunca ningún problema, igual que… Yo qué sé… pues los libros… pues hay veces… cuando empezabas: «A ver, pones en inglés no sé qué…», pues en vez de poner «La mamá friega los platos y el papá lee el periódico», pues lo ponía al revés y los críos se quedaban un poco así. Pero claro, eso era a la primera vez, luego ya… Había que normalizar un poco la diferencia esa, ¿no? Entonces, claro había diferencia porque los críos muchas veces partían de sus propias… ya tenían sus propios esquemas, pero había que… Depende mucho de la actitud del profesor y de la escuela, de que vayas manteniendo el esquema que tienen o de que los va-yas abriendo un poco a las otras opciones.
La Federación de la Enseñanza de CCOO es un sector muy feminizado, por lo que en el ámbito del trabajo sindical las reivindicaciones de género en cierta manera se han ido recogiendo, dándose una completa colaboración entre las mujeres y los hombres de esta Federación. Nos comenta con una sonrisa que «aquí casi habría que hacer una Secretaría del Hombre».
En enseñanza no, porque somos un sindicato donde hay muchas mujeres. Entonces prácticamente las reivindicaciones de las mujeres están recogidas, casi habría que hacer una Secretaría del Hombre. Pero vamos, en general no. Igual que todo, el talante de los compañeros, a esos niveles no hemos tenido nunca ningún. […] Son compañeros con los que compartimos absolutamente, no hay, ningún problema de este tipo.
La creación de la Secretaría de la Mujer de CCOO en 1978 es valorada muy positivamente por nuestra entrevistada, por el trabajo que realiza, no solo respecto a los derechos laborales de las trabajadoras, sino también como un espacio desde el que se puede difundir y desarrollar en el ámbito educativo la concienciación de género.
Yo, a nivel Confederal, creo que sí que ha jugado, sí que es necesario. A nivel de la Federación de la Enseñanza ha habido temporadas que no hemos tenido Secretaría de la Mujer. Pero vamos, ya te digo que…, sí que… Hace ya tiempo que sí que tenemos Secretaría de la Mujer, pero más o menos, sí que tenemos un papel tambien y es el intentar trasladar las campañas que se hagan a nivel educativo. Es decir, ya no solamente entre las trabajadoras, que sí que es importante y ahí sí que se ha hecho, tanto aquí como en la Federación Estatal de Enseñanza, sí que se han hecho unos materiales muy buenos a nivel de sexismo, educación en valores y tal, para… para la enseñanza coeducativa. Claro, ahora hemos hecho un CD que es más o menos sobre aspectos coeducativos, que […] también hicimos, traduciéndolo al valenciano, se hizo en las Federaciones de Cataluña, País Valenciano y Baleares, utilizando las tres variantes de la lengua, y se ha repartido por ahí el CD ese. Y entonces es más o menos para que el profesorado, cada persona, pues se haga su propio proyecto de coeducación, pero coeducación como decía antes, llegando a todos los niveles. Es decir, no solamente explicarles lo que hay, sino… Hay un ejemplo en el que pone que te grabes en clase y luego detectes si te has preocupado más de las niñas que de los niños, si has llamado más la atención a las niñas que a los niños, si la forma de dirigirte que tienes tú hacia ellos es diferente. Es decir, una forma material sobre actitudes y no solamente sobre los contenidos. Entonces, claro, eso se ha hecho desde la Secretaria de la Dona para ser consciente del problema, para luego poderlo difundir. […] Desde ese punto de vista, ya digo, que el que se hagan políticas de ese tipo sí que lo veo importante. Ahora lo que es la Secretaría de la Mujer, a nivel general, sí que tiene mucho que hacer, pero bueno. Yo es que… No sé, hace bien poco en un congreso, en una reunión confederal hubo una lista donde no se presentó ninguna mujer en la candidatura; ahora eso no puede ser, entonces ahí… Pero vamos, a nivel de la Federación de Enseñanza pasa eso, igual que me imagino que pasará… como somos muchas mujeres, pues entonces no tenemos problema para…
Pepa recuerda las diferencias entre la práctica sindical a comienzo, de la Transición y en la actualidad, cómo han ido cambiando las cosas, el crecimiento de la Federación y el gran número de sectores que recoge. Aunque las nuevas tecnologías han facilitado la difusión de la información, también en ocasiones crean problemas, ya que el flujo informativo es tan grande que resulta difícil de digerir.
…antes no había ordenadores y ahora si. No, en general, en serio, la cosa de ha complicado mucho. Es decir, en un principio pues prácticamente era mucho más simple todo y en este momento hay diversidad de sectores […] la tecnología facilita pero también complica. Entonces la información la hacíamos a máquina, la montábamos, la fotocopiábamos y tal… En este momento ya necesitas una página Web y no todo el inundo tiene acceso a una página Web […], Por otra parte, nos llega tal cantidad de información que antes un ‘tocho’ de ochenta folios no se lo dabas a todo el mundo, ahora mismo te llegan ‘tochos’ de ochenta folios. […] Por otra parte, también es cierto que tal y como hemos crecido, porque al principio la Federación de Enseñanza, al principio, las olas eran, cabían en una caja de zapatos. Para hacer las convocatoria, nos cogíamos tres o cuatro personas las fichas, a veces nos las llevábamos a casa, la familia a escribir sobres y así se hacía. Claro, ahora eso sería imposible. O sea, en este momento en la Federación de Enseñanza tenemos ocho o diez mil afiliados. Entonces, claro, no se puede, ni hay caja de zapatos, ni se pueden hacer las convocatorias a mano. Entonces claro, la tecnología complica, pero sería imposible… imposible sin la tecnología.
El balance de sus primeros años en el sindicato lo valora muy positivamente. Considera que le ha aportado un importante cúmulo de conocimientos, ha sido una plataforma de aprendizaje de nuevas experiencias y estrategias, que ha tenido que ir poniendo en práctica. Como por ejemplo el tener que desenvolverse en las asambleas defendiendo públicamente las propuestas del sindicato, algo que en un principio le planteaba pequeños problemas de timidez al tener que hablar en público, pero que con el tiempo ha superado.
Mujer, el sindicato, trabajar en el sindicato aporta un montón de cosas. Mucha gente hemos aportado un montón de cosas y el sindicato también te pone en muchas situaciones en las que te obliga a aprender muchísimas cosas, y hacer cosas… Yo no sé… Me acuerdo una vez en una concentración que había un compañero del sindicato que se había puesto enfermo y tal. Bueno, me subí a un columpio cogí un megáfono y empecé a echar un mitin. […] Yo que, al principio, en una reunión de más de dos personas era incapaz de hablar. Bueno, y de repente te ves que tienes que hablar en una asamblea, que tienes que pedir la palabra. El corazón se te sale por la boca, pero lo tienes que hacer tú, porque sí no lo haces tú, pues a lo mejor lo hace otro sindicato y, ya no por protagonismo tuyo, sino porque llega un momento en que, cuando estás en representación de un sindicato, o lo dices tú o tu sindicato no dice nada. Entonces es necesario. Y claro, hay veces que te ves forzada a hacer cosas que dices: bueno, bueno, bueno, a buena hora lo hubiera hecho yo, si no es por eso. Y en ese caso, pues bueno, el resultado: yo creo que todos hemos aprendido muchísimas cosas.
Ahora, con el paso del tiempo, nos cuenta que en cierta manera se ha visto empujada por la inercia y dinámica de la militancia sindical, por lo que algunos temas y aspectos relacionados con la privacidad y la intimidad no se los planteó, entre ellos la opción de la maternidad, cuestión que considera que no le supone ningún problema.
Durante muchísimo tiempo no he tenido vida privada y, bueno, es que las cosas te surgen a veces, como te surgen. ¿Por qué no he tenido hijos, por ejemplo? También son cosas muy personales… O sea, podía haber tenido un hijo sin tener compañero, podía haberlo tenido, pero no quise y, en el momento que tuve un compañero, pues era un poco tarde para tener un hijo. Quiero decir que no es un problema que me haya traumatizado el no tener hijos. Y en ese caso, pues bueno, no me ha sido absolutamente incompatible. Pero claro, no me ha sido incompatible porque me lo tomé así y no me lo planteé realmente.
VICENTA VERDUGO (2004)